sábado, 3 de marzo de 2012

HOMOSEXUALES, PROLETARIOS ...Y DESCLASADOS



Abril 201


Mucho se ha discutido sobre el papel de nosotr@s homosexuales en la lucha de los movimientos de la llamada clase trabajadora o “proletariado” (es decir, aquellos que al carecer de propiedad sobre los medios de producción se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para proporcionarse los medios de subsistencia. A este sector de la población pertenece la llamada clase media y baja). El comienzo de este debate es en si mismo incorrecto pues supone que nosotros homosexuales estamos separados de la clase trabajadora afirmación completamente alucinante ya que la mayor parte de nosotros somos trabajadores o algún día lo seremos.


No niego con esta afirmación que también existen burgueses (es decir aquellos que son dueños de los medios de producción, compran la fuerza de trabajo de quienes no disponen de esos medios y ello les permite acumular capital o mercancías, característico de un sistema capitalista. A este sector de la población pertenece la llamada clase alta) homosexuales, si hay algo que caracteriza a nuestra comunidad y que la hace tan diferente a otras identidades colectivas, es su conformación “multiclasista” que hace honor a la consiga setentera de “estamos en todas partes”.


Sin embargo, dado que la mayor parte de la población no tuvo la (in) fortuna de pertenecer a la clase de los privilegiados, esto nos lleva a la conclusión de que la mayor parte de las y los homosexuales se encuentran en las filas de la clase trabajadora (en este punto omito llamarnos “proletarios” con el único fin de hacer énfasis en que, nosotros aún no contamos ni en la mayoría de los regímenes capitalistas ni en ninguno de los regímenes- fracasados del comunismo postsoviético con el derecho a tener nuestra prole, es decir nuestra familia, nuestros hijos).


Más sencillo, si se ha demostrado que no hay mas o menos homosexuales dependiendo el rango social, quiere decir entonces que de manera general, la mayor parte somos o seremos algún día obreros (porque la mayor parte de la población pertenece a este rango social). Y dicho esto, la pregunta, ¿Cuál debería ser nuestro papel como comunidad homosexual (obrera) en la lucha de los trabajadores? , adquiere una enorme importancia.


Pienso, que el gran problema con el movimiento de liberación homosexual hoy (entre muchos otros “grandes problemas”) es su carácter profundamente desclasado. Es decir, que no somos conscientes ni de lo que somos ni del papel real que desempeñamos en este sistema económico, político y social que nos explota (“los que más trabajan son los que menos tienen”) y que nos oprime (tanto por nuestra condición de proletarios como por nuestro placer de disidentes sexuales).


Somos tán poco conscientes del lugar que desempeñamos como sujetos que llegamos a pensar (porque es imposible vivir) como si fuéramos burgueses entre muchas cosas para incluso suponer que la lucha obrera está separada del movimiento de liberación homosexual. No nos damos cuenta, que nosotros (insisto), si bien somos homosexuales, también somos obreros y vivimos con un salario de obrero (o quizá menos que eso).


Por encima del pensamiento desclasado que como colectividad LGBT asumimos pasivamente, todos los días se consolida una cultura gay “aburguesada” que fomenta un estilo de vida elitista y lejano a las posibilidades del grueso de la población. Los medios de comunicación masiva han jugado un papel importante en esto y hacen uso de grandes mentiras a las que es importante poner un freno.


Por ejemplo, mucho se a dicho que los homosexuales tenemos un poder adquisitivo mayor que los heterosexuales. ¿Cómo se llegó a tan descabellada afirmación? El error se encuentra en la interpretación de las encuestas. Las casas de mercado que investigan las características generales y particulares de sus clientes descubrieron que quienes compran más, son homosexuales (esto se debe a que por lo general las personas y las parejas del mismo sexo no tienen hijos, hecho que les permite disponer de mas recursos económicos para gastos superfluos).

Esto no quiere decir que la generalidad de los homosexuales tenemos un poder adquisitivo mayor, más bien señala que en los sectores con alto poder adquisitivo los que compran más, son homosexuales (por razones concretas). El resto, es decir la mayoría de los homosexuales que no tienen un alto poder adquisitivo vivirán exactamente igual y con las mismas carencias que cualquier individuo heterosexual de las clases desposeídas de propiedad sobre medios de producción).


Lo cierto, en todo esto es que la gran masa de los homosexuales que no tienen un alto poder adquisitivo estarán fuera de los estudios de mercado, fuera y completamente excluidos. Lo cierto, es que en las sociedades capitalistas donde se pregona a los cuatro vientos la cultura homosexual del mercado, la moda y el llamado “buen gusto” (burgués) choca inevitablemente con la realidad de la inmensa mayoría de los homosexuales que viven hacinados en las grandes ciudades, sin redes de apoyo solidaridario, con el constante temor de perder su empleo o no encontrarlo y sujetos a actos de discriminación, que generalmente permanecen impunes dada la complicidad de las instituciones patriarcales opresivas con la burguesía y las inmensas masas trabajadoras seguidoras de la “moral” y las “buenas costumbres” (en realidad absurdos postulados de opresión sexual y afectiva).


Tampoco es para desilusionarse, esta reflexión lo único que hace es facilitar el camino en la toma de decisiones porque lo hace evidente. Dado que la gran mayoría de nosotros somos parte de la clase trabajadora, no podemos permitir que sigan avanzando leyes que hacen todavía más precaria las condiciones de trabajo de la clase a la que pertenecemos. Hoy por hoy, México busca avanzar en leyes que abolirían absolutamente todos los derechos laborales que se ganaron con tanto sudor y sangre en el pasado. La voracidad de la burguesía no tiene limites, buscan incluso abolir el derecho a huelga, retirar al Estado la responsabilidad de otorgar educación y servicios de salud de manera gratuita y hasta reducir el salario minino a 7 pesos por hora.


Así como estamos aprendiendo a organizarnos para defender nuestros derechos como homosexuales, es importante que también nos organicemos para defender nuestros derechos como trabajadores.


Así como entendimos que para defender nuestros derechos como homosexuales teníamos que aglutinarnos con otros homosexuales, es importante que nos agrupemos con los trabajadores para defender nuestros derechos también como trabajadores.

¿Cuál es el papel de los movimientos proletarios de la liberación homosexual en la lucha por la emancipación de los trabajadores? La respuesta no puede ser más sencilla.

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1ero. De Mayo, día internacional de la clase Trabajadora.


José Eduardo Rodriguez Pérez/ @FeztGDL


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