sábado, 6 de noviembre de 2010

DE BAÑOS CERRADOS Y OTRAS CANALLADAS.

El pasado viernes 29 de Octubre, la Asamblea Autónoma de Estudiantes de Sociología resolvió elaborar un documento dirigido al rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Pablo Arredondo Ramírez, a la directora de la División de Estudios Rolíticos y Sociales (DEPS), Sofía Limón Torres, al jefe del separtamento de Sociología, David Coronado, y al coordinador de la carrera, Alfredo Rico Chávez, demandando la reapertura inmediata de los baños sitos en las inmediaciones de nuestro departamento, ya que se encuentran cerrados sin razón alguna desde hace más de 5 meses.

La petición, aceptada unánimemente y firmada por alrededor de 160 estudiantes, señala que, de no darse una solución en la semana posterior a la entrega del documento, las y los estudiantes llevarán a cabo deliberada y unilateralmente las acciones que consideren prudentes para superar la urgente situación que nos aqueja.

¿Cuáles son esas acciones deliberadas y unilaterales? Tanto dentro como fuera de la asamblea ya se discuten y comienzan a valorarse sus posibles efectos. Las actividades van desde las mas modestas como movilizaciones pacificas a rectoría del centro y una rueda de prensa para hacer del conocimiento de la sociedad la problemática, hasta otras mas provocativas como denunciar a nuestra máxima casa de estudios ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) por violar el derecho de los estudiantes a instalaciones adecuadas para el proceso de aprendizaje o la acción directa de romper los candados que impiden el acceso al uso de los baños.

Esta última propuesta es particularmente interesante porque, de llevarse a cabo, los estudiantes responsables podrían ser multados por daño a las instalaciones universitarias, sanción que establece la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara en su artículo 90 fracción IV. A la par, esta acción abriría una interrogante explosiva: ¿por qué razón una universidad que derrocha millones de pesos en proyectos faraónicos accesibles solo a las clases media y alta descuida servicios tan elementales como sanitarios abiertos para las y los estudiantes de la carrera de Sociología?

Esta pregunta nos remite a una aseveración todavía más grande e injusta: En la Universidad de Guadalajara, la carrera de sociología es la de los olvidados y de las que menos atención y recursos recibe para la plena formación académica de sus estudiantes. Al poco interés que muestran las cúpulas universitarias por nuestra carrera habrá que sumar administrativos indispuestos a levantar la voz y representaciones estudiantiles irresponsables, indiferentes e insensibles para encausar y resolver por las vías institucionales las necesidades más apremiantes de la comunidad de estudiantes de sociología.

De la representación actual habrá que destacar que comenzó mal y terminará peor. Sin un solo proyecto académico hecho para estudiantes de la carrera de sociología y sin siquiera poner a revisión formulas que ayuden a resolver problemas administrativos como la liberación del servicio social o la socialización oportuna de información en becas, intercambios y proyectos académicos premiados económicamente.

La labor de la representación estudiantil actual termina tan mal que incluso sus reemplazos, recientemente electos, se deslindan totalmente de ellos, pese a que todos, los salientes y los entrantes, pertenecen a la misma corriente feuista: Proyecto U.

En este tema, el de la representación estudiantil, bastará decir que la nueva (electa por menos del 50% de los estudiantes con derecho a voto es importante destacar) tiene un futuro poco prometedor, ya que como al PRI del siglo XXI, aunque se regocijen pronunciando que son diferentes, en realidad mantienen los hilos con los titiriteros de siempre, hecho que garantiza los mismos vicios, errores, atropellos y atrocidades del pasado inmediato.

Los nuevos llegan a ocupar los puestos desconociendo en plenitud las necesidades y demandas políticas y académicas de nuestra carrera: su plataforma se limita a plantear un esporádico e irrisorio programa de 4 propuestas que no garantiza ni promueve el desarrollo político y académico de los estudiantes.

Habrá que decir que la buena voluntad no basta y que los representantes electos han adquirido una responsabilidad enorme con una carrera en ruinas que necesita hoy más que nunca portavoces hábiles y capaces y no nuevas generaciones de novatos con ganas de aprender lo que no se molestaron por conocer en semestres pasados.

Ya veremos en que queda el problema de los baños y el de la representación estudiantil electa. Será el tiempo el que nos de claridad sobre el recuento de los daños, aunque para ser honesto espero en lo mas hondo que no los haya.

José Eduardo Rodríguez Pérez.

Estudiante de la carrera de sociología. 

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